Recordando el pasado con una vieja amiga [PRIV. Haisuke An]

por **Gazelle || Suzuno Fuusuke** Lun Oct 12, 2015 2:58 am

Nagumo había estado odioso últimamente. No había segundo en el que no estuviese molestando a Gazelle en los momentos que deseaba leer, a solas, en silencio. Estuvo a punto de golpearlo con una silla que había en su cuarto… Realmente a veces Haruya no sabía cuándo parar y eso muchas veces hace enfurecer a Gazelle.
Para su suerte, ya no hay clases, se terminó la jornada, puede escapar del maldito ruidoso de su amigo e ir en paz hasta el río, sentarse, solo y por fin en total silencio. A medida que caminaba, revisaba su celular, esperando no ver llamadas perdidas y/o millones de mensajes de Haruya... No es que lo controle, pero hay muchas formas de hacer enojar a Fuusuke y Haruya sabe bien cómo lograr eso de una forma bastante fácil. Al llegar al río, pudo ver que él sol estaba en el horizonte y concluyó que tendría unas 6 horas aprox. Antes de que la luz del sol dejase de ayudar para que pudiese leer. Bajó con cuidado y dejó su mochila a un lado de él, acto seguido abrió la mochila y sacó su libro, listo para comenzar a leer; recostado en el césped.

“…No podía creer que aquel asesino aceptara un trabajo que, todos saben, incluyéndolo, no es para él. Ser bajá de una cofradía no es su estilo, él debe estar en los campos de batalla, cumpliendo las órdenes de su contratista. Servir a una gran cofradía. Por nada tenía la mejor reputación. El mejor asesino a sueldo de Callimport. Sin embargo, su alianza con esos seres provenientes de las profundidades de la tierra, más allá de donde pueda llegar los rayos del sol y alumbrar, demostraba que Artemis, no era pero para nada el jefe. Tan sólo era una especie de representante, alguien quien sólo encubriera las verdaderas acciones de aquellos seres. En conclusión, se podría hablar de una pronta guerra en donde mucha gente morirá a manos de los drow…”

--Debo descansar…--se decía en un susurro el albino. Dejó su libro a un lado para ponerse de pie y estirarse un poco. El sonido que hace el agua al correr le relaja, puede concentrarse a fondo en su libro y lo mejor, no está por ninguna parte Haruya *Tulipán estúpido.* Cuando descansaba de leer, lo primero que iba a su mente era una maldición a él. Volvió a sentarse pero esta vez solo para mirar el río, luego, dirigió su mirada hacia el cielo y su mirada se perdió en la inmensidad de éste.

por **Rean || Hasuike An** Lun Oct 12, 2015 3:31 am

Realmente, matemáticas no era lo suyo. Si no fuera por la lógica que tiene Rean para realizar y resolver las cosas, se hubiera tenido que quedar dos horas más, haciendo una estúpida ecuación de aritmética. Salió victoriosa de aquel lugar, sin importarle el resto de sus compañeros, que a penas conocía y lamentablemente, no había nadie con quien tuviera confianza. Guardó todo en los casilleros del pasillo de su clase, no quería ver mas libros ni libretas con números, sacó su sudadera gris, se acomodó su cabello frente al pequeño espejo en la puerta de su casillero. -Al fin a casa- suspiró aliviada la pelinaranja.

De camino a Sun Garden, Rean siempre toma el camino que va por la orilla del río, amaba ese lugar, era ideal para descansar y aislarse de todo. Miró al cielo mientras caminaba por el sitio. Estaba por atardecer y era el período que mas le gustaba del día, porque el cielo se volvía anaranjado, como su cabello. Se distrajo un momento y cerró sus ojos para sentir una brisa tibia y agradable en su rostro y por sus piernas, su falda color salmón oscilaba al ritmo de aquella brisa. Abrió sus azules ojos y llevó su mano al cabello que se le despeinaba un poco y lo volvió a colocar en su lugar. -Sería peor si me dejara el cabello largo - Fruncía el ceño y reclamó.

En su viaje, se dedicó a observar el rió y el horizonte de vez en cuando, pero nunca fijó su mirada al frente, podría detenerse un poco a esperar el atardecer, el cielo ya se estaba volviendo anaranjado y Rean sonrió, ya que se sentía bien. Siguió con su camino, tal vez otro día se quedaría en ese lugar. Estaba meditando y caminando a la vez, sin poner atención al frente, ¿Quedarse o no? ''he ahí el dilema''; grave error. De un momento a otro, el mundo comenzó a girar lentamente, hasta quedar vertical, en vez de horizontal, como si se hubiera caído. Claro, así fue. Su rostro pegado al pasto, menos mal no iba cantando o algo por el estilo. *Tcht* emitió un ruido con su boca mientras se sentaba, había tropezado con algo. Miró al lado y a penas distinguió una gran melena distintiva, y un aura de frío que emanaba de aquel ente. Era Suzuno.

Abrió sus ojos aun mas grandes para aclarar la imagen que se presentaba frente a ella, y finalmente reaccionó.
-Lo siento Suzuno, no te ví - casi suplicando y achinando sus ojos, como si algo le fuese a hacer, porque seguramente, y como bien sabia Rean, lo interrumpió de su descanso. Mientras se sobaba con una mano la frente y con otra las rodillas, debido al impacto, estaban un poco coloradas.

por **Gazelle || Suzuno Fuusuke** Lun Oct 12, 2015 7:04 am

Hacia una brisa reconfortante, sus cabellos se movían de una forma delicada alrededor de su rostro, acariciándolo con gran suavidad las mejillas de éste. Cuando era pequeño, Hitomiko siempre le cepillaba el cabello y decía que lo tenía bastante hermoso, era tan suave y ligero. Le decía como cuidarlo… aunque en verdad nunca le dio mayor importancia, nunca ha tenido problemas con su cabello a pesar de lo largo que es.

¿Cómo estarán los demás en Sun Garden? Ha ce bastante tiempo no ve a nadie, además de Haruya. Recuerda cuando eran pequeños y Haruya siempre se metía en problemas, ya sea por responder a los adultos, por hacer desorden, jugar con la comida y lanzarla a los demás. En fin, eran demasiadas cosas. También recordaba muy vagamente a una chica de cabellos naranjos que, si bien, compartió muy poco con ella, la conocía un poco. Siempre observaba detenidamente a Burn pero pocas veces se acerba a él, pese a que ella también siente una gran pasión por el soccer. También fue una de las elegidas por Haruya para ser parte de su equipo Prominence. Pese a que en sí, Haruya eligió a su equipo con pinzas y lupa, Rean destacaba por sobre los demás –Rean… -- dijo en un susurro. Ahora que recordaba, también se llevaba muy bien con Ic, una de sus antiguas compañeras de equipo… Ciertamente socializar no es lo suyo y si tiene un amigo es sólo porque es alguien muy persistente y metiche.
¿Cómo está Droll, Valen, Clara, Blow, Beluga y todos los demás? Sentirse un tanto nostálgico le molestaba en sobre manera y es porque de una u otra forma, también fueron sus amigos y los extrañaba a su manera…
Su mirada estaba completamente perdida en el cielo que poco a poco se volvía en colores cálidos, la briza se volvía aún más helada y eso le gustaba… Pero por alguna razón, terminó en un cielo negro y doloroso. Cuando despertó de su “sueño” se dio cuenta que habían chocado con él y como consecuencia terminó de bruces en el suelo. Con calma y se levantó y limpió sus ropas. No iba a dejar pasara esto, sea quien fuese lo pagaría por no tener su vista en donde corresponde. Diría su mirada en búsqueda del o la culpable y cuando le vio, se sorprendió un poco a ver que a aquella persona la conocía y justamente estaba pensando en ella --Lo siento Suzuno, no te vi --
Benditas coincidencias. Rápidamente calmó su ira, sólo por ser ella, de modo que si hubiese sido otro individuo, lo más probable es que no viviese para contarlo ––Rean… -- fijándose en sus piernas, principalmente en sus enrojecidas rodillas producto de la caída, se acercó a ella y le tendió una mano --¿Te encuentras bien, Rean?

por **Rean || Hasuike An** Miér Oct 14, 2015 1:34 am

An miró ruborizada al albino, ya que casi le podía costar la vida. Para su suerte no fue exactamente así. Todo lo contrario, el fue muy amable con ella. Rean se dio cuenta que le caía una pequeña lágrima de su ojo izquierdo, debido al dolor, inmediatamente secó con su antebrazo. Suzuno le tendió la mano y la pelinaranja la acepta, toma la fría mano de él mientras que la de ella estaba en un término medio, ni fría ni caliente.

Un escalofrío recorre su espalda, Gazelle emanaba hielo. ''-¿Te encuentras bien, Rean?'' An mira a los ojos azul cielo del chico, que siempre se notaban tan serios y sin expresión alguna. Se levanta gracias a la ayuda de Fuusuke y le responde -Si, estoy bien. ¡De verdad discúlpame!, me perdí mirando el cielo, ya viene un hermoso atardecer - sacude su falda y sudadera para quitar los restos de pasto y no estar sucia. Hacía mucho que no hablaba con él, siempre lo veía por los pasillos cuando salía de clases, y junto a Nagumo. Esta era una de las pocas veces que lo veía solo. Y ella lo interrumpe. Gazelle siempre se veía bien, se cuidaba y su carácter lo hacía único. Desde pequeña, Rean evitaba acercarse al peliazul, le daba algo de miedo ya que la mayoría de las veces su expresión era de ''nada''. Algunas veces jugaron fútbol y era admirable. ''Con razón Burn siempre esta pegado a él, como una lapa'' dedujo la pelinaranja a pesar de tener en cuenta lo muy diferentes que son aquellos dos.

Vió sus rodillas y estaban bastante resentidas, incluso, estaban raspadas. Era doloroso pero An podía soportarlo, no lloraría frente a los demás, y menos frente a Suzuno. El albino leía algo, había un libro cerca de él. Le iba a preguntar sobre eso pero por un momento no aguanto el dolor y automáticamente frunció el ceño por la molestia, no podía evitarlo. No sabía si sería un estorbo para Fuusuke, pedirle quedarse un momento con él.

Hasuike se percató que todavía quedaba algo de pasto en las ropas del chico -P-Permiso... tienes algo de pasto aquí- de manera delicada, le limpió. Tartamudeó porque An no era una persona que hiciera cosas de ese tipo si no le daban la confianza de hacerlo, pero no podía evitar que alguien tan correcto y limpio, estuviera así. Pensó un segundo en cómo hablarle y no dudó más -Aún recuerdo cuando jugábamos al balón, la época de Alius, Prominence, Diamond Dust..... buenos tiempos - sonrió tiernamente, sonrojándose un poco sus mejillas. Era natural, difícil entablar una conversación con alguien tan frío como el Hielo.

por **Gazelle || Suzuno Fuusuke** Miér Oct 14, 2015 6:45 pm

De pequeño siempre le daba risa An, se ruborizaba con gran facilidad y también había notado que no solía acercarse mucho a él y con razón. Gazelle se había hecho la fama de malas pulgas, más si era molestado cuando estaba leyendo o haciendo cualquier cosa en donde claramente lo único que quiere es no ser molestado. Hay veces que es mejor hacer excepciones y a Gazelle le hizo gracia que Rean se disculpase tanto, obviamente no lo diría y su semblante se mantendría intachable o esa era la idea pues en sus labios se dibujó una pequeña sonrisa que a la vez fue totalmente efímera.

Vio que la chica se acercó y pidiendo permiso le retiró pasto que le había quedado en sus ropas producto de la caída. Realmente no era tan importante, se podría haber limpiado luego “-Aún recuerdo cuando jugábamos al balón, la época de Alius, Prominence, Diamond Dust..... Buenos tiempos–.“ Se quedó pensativo unos segundos, hacía tiempo no pensaba en esa época en que eran un equipo alien. La pelinaranjo estaba en lo cierto, fueron buenos tiempos y muy divertidos en donde todos se unieron aún más.

Luego, volvió a mirar las rodillas de la chica y, claramente no era un tonto, sabía que le dolía, no era Nagumo quien pasaba sus días lastimándose . –Rean ¿No prefieres sentarte en el césped un momento? – indicando el lugar junto a sus cosas, donde él hace unos momentos estaba sentado con la mirada perdida en el cielo –Tengo unos paños húmedos en mi bolso – su voz no era distante, era como hablar con una hermana pequeña, a quien tiene bastante cariño (pese a que no lo diga) y a la vez, deseaba pasar tiempo con ella y saber más de lo que ha hecho.
Dio unos pocos pasos para luego llevar su rodilla derecha al suelo, abrir su bolso y sacar un paquete de pañuelos muy bien sellados –Siempre los llevo conmigo. Nagumo suele estar siempre con tierra en la cara o a veces por lo mismo me ensucia a mí – esperaba a que An se sentase y acomodara.
De lejos, cuando estaban en el orfanato, Suzuno miraba a los demás en silencio, hasta había aprendido de memoria las costumbres que tenían muchos, al igual que sus gustos y disgustos, y Rean no era la excepción. Gazelle sabía que le gusta verse bien, presentable y tener una buena imagen. Además de todo eso, esas heridas dolían y si no se limpiaban a tiempo podría infectarse la zona afectada. Un precavido albino siempre llevaba consigo este tipo de cosas, ya fuese para limpiarse sus manos o para limpiar la sucia cara de Nagumo y sus heridas. –El color del cielo me recuerda a ti, Rean –desvió su mirada hacia el cielo y este estaba en tonalidades cálidos, incluso, habían unas pocas nubes que se iban moviendo con gran lentitud por sobre el sol y la luz de éste teñía las nubes por debajo. Se veía bastante hermoso.

por **Rean || Hasuike An** Sáb Oct 17, 2015 5:08 am

Se estaba perdiendo en el horizonte, y en el cielo que cada vez de volvía más anaranjado, cuando un molesto picor junto con un terrible ardor se alojaron sin piedad en las heridas que tenía. No se sentía para nada bien, era muy incómodo. Finalmente había decidido despedirse del chico y así no interrumpir su descanso, pero no se llevaría a cabo esto, porque Suzuno fue muy amable. En realidad, se había dado cuenta de que no estaba del todo bien. Rean asintió simplemente con su cabeza y se sentó donde el le había indicado. Rió cuando le comentó sobre que Nagumo se ensuciaba usualmente, era algo que no le impresionaba pero si le causaba mucha gracia. Un leve viento helado comenzó a abrazar a la pelinaranja, por suerte, estaba con su sudadera.

Gazelle traia unos pañuelos consigo, era su salvación. A pesar de ser chica, no era muy precavida con ella misma. Será bueno descansar un momento y tal vez charlar junto a él, extrañamente, le echaba de menos. El sitio estaba muy tranquilo y silencioso, solo se escuchaban las melodías dulces que otorgaba la naturaleza, todo era bastante relajante. Rean sabía que Suzuno era un buen observador, y que no llegaría a ningún lado ocultándole algo. Hace mucho tiempo que no compartían ambos, la chica pensaba en qué seria de su vida, si aun seguía jugando fútbol. Tenia muchas dudas, que se responderían en su adecuado momento.

-Extraño estar con mi familia- pensó refiriéndose a Suzuno y los demás. - Será mejor que no me aísle tanto y comparta más- se llamó la atención y se decidió por cumplir aquella palabra. Las heridas volvieron a arder, esta vez las pulsaciones eran mas seguidas y cada una más fuerte que la anterior. Si no la limpiaba pronto se infectaría y quedaría horrible. En un intento fallido por "robarle" sigilosamente uno de aquellos pañuelos húmedos, en realidad le sacaría uno mientras el estaba mirando al cielo, pero falló cuando se su acto ninja se vio interrumpido por la voz del peliazul "–El color del cielo me recuerda a ti, Rean –" La chica de ojos azules miró de pronto al que estaba perdido mirando hacia arriba, se sonrojó debido al comentario y, luego desvía su mirada al cielo, el cual realmente estaba en su mayoría del mismo color de su cabello. Sonrió ampliamente. Olvidándose completamente de sus rodillas. -El cielo es mucho mas hermoso y especial, además, ya queda muy poco para que se esconda el sol- añadio aún sonriendo de manera tierna y con felicidad. Uno de los mas lindos espectáculos de la naturaleza, una puesta de sol.

por **Gazelle || Suzuno Fuusuke** Lun Oct 19, 2015 4:19 am

Se dispuso a limpiar con sumo cuidado las rodillas de la peli-naranjo; recordando que una vez, cuando era pequeño, él se cayó y Nagumo primero se rió de él, luego le ayudó. El pelirrojo había llevado a Suzuno quien lloraba porque se había lastimado la rodilla derecha en un partido y al albino le dolía horriblemente hasta el baño de Sun Garden y con la propia delicadeza de éste limpió la rodilla lastimada de Suzuno. El pequeño albino terminó golpeando a Haruya y fue donde Hitomiko para que le limpiara. Allí, había aprendido a como limpiar heridas; tomaba una mota de algodón y de forma palpante iba sacando los restos de tierra de la rodilla. Ahora lo hacía con Rean evitando así que le doliese o al menos que no sintiese lo mismo que había sentido él cuando Nagumo quiso ayudarle –Luego de ver la puesta de sol ¿Te parece si vamos a comer algo? O simplemente podemos quedarnos más tiempo aquí – mientras, cambiaba la toalla húmeda por otra y así no mezclar los restos sacados de la anterior.

Estaba siendo muy precavido. Por lo general, no actúa tan amable ni con Nagumo pero de algún modo era mejor esto a tener que caminar sólo a Sun Garden. Detuvo lo que estaba haciendo un momento para mirar el cielo; realmente se veía hermoso y pese a que, desde donde estaba él ya no se lograba ver el sol, aún se podían apreciar las nubes bañadas con la luz de aquella estrella –¿Cómo has estado, Rean? Sin mencionar que acabas de caer sobre mí – soltando una pequeña sonrisa de burla, molestarle era gracioso y más por sus reacciones pero no lograba llegar a tales extremos como lo hacía su molestoso amigo. Recién se había percatado de que estaba pensando demasiado en él; frunció su ceño en señal de que le estaba comenzando a molestar. Era en lo que menos quería pensar ahora pero… –¿Recuerdas cuando Mido amenazó a Nagumo por comerse sus dulces? – Riendo un poco –Creo que el pobre aún tiene traumas con él luego de que lo saliera persiguiendo con unas tijeras – habían veces en que a Suzuno le sorprendía lo cruel que era Nagumo cuando molestaba a los demás. En ese momento, Haruya cortó el cabello verde de Midorikawa y éste comenzó a llorar a mares. Claro que a Nagumo lo castigaron sin poder jugar fútbol un largo tiempo. Mientras el peli-verde se paseaba con su balón de fútbol por Sun Garden frende al pelirrojo y éste sólo quería salir y golpearlo.

por **Rean || Hasuike An** Lun Oct 26, 2015 11:20 pm

Una sensación de ardor y picor, provocó que la pelinaranja dejase de admirar el cielo, para terminar de observar como su amigo le limpiaba sus heridas. Hacía mucho tiempo desde que alguien mas, se dedicaba a cuidarla. Es más, muy pocas veces alguien lo hizo por ella, en sus recuerdos, solo existen las memorias de la infancia en la cual su capitán la había cuidado una vez, cuando se cayó en un entrenamiento junto a él. Y, la segunda vez, fue Shigeto, quien le curó una pequeña herida en su rostro, dado que por despistada e ir disfrutando de una deliciosa paleta de dulce, se estrelló en seco con un poste, por suerte Heat estuvo allí para ayudarle. El resto de las veces lo hacía ella misma con algo de ayuda de su fiel amiga Ic. Miró dando una leve sonrisa, casi tierna, bastante agradecida de que cuidasen de ella, otra vez.

El dolor se iba lentamente, ya no ardía. Pero aún se sentía un picor molesto, que obviamente desaparecería cuando se formara una costra con el tiempo y se sane sus heridas. La luz que les entregaba el cielo ya era escasa, el sol se despedía dejando pasar una helada brisa y una leve oscuridad, que se contrastaba con las luces de las calles que se prendían para dar inicio a una vida nocturna.
-Miró nuevamente a Suzuno para responder a su proposición- Deberíamos ir a comer algo, ya se está haciendo tarde y, aunque es tu clima perfecto el frío, no vine muy preparada -Hace un gesto mostrando que no lleva panties o algo más para abrigarse las piernas, ríe dada la situación, sonrojándose sus mejillas pero poco se notaban ya que no había luz directamente sobre su rostro y solo la iluminaba la Luna y se podían apreciar nubes aún divagando por el cielo.

Vio como Gazelle terminaba de hacerle curación, realmente era muy atento, y Rean sabía que él no era así con todos. Así que se sintió algo, especial.
-A parte de interrumpirte, míster cubito de hielo -rió- estoy bien, intentando, en ocasiones escapar de clases. Pero sin causar líos, por lo que termino un poco más rápido mis deberes, aunque hay veces en las que me las salto -se ríe como una malvada, pero es inevitable que no suene tierno, por el tono delicado de su voz- Me aburren las clases, y mis compañeros, sin mencionar a los profesores y las autoridades. A veces se pasan de estrictos. -gruñó tal como un tigre de algunos meses. Ambos rieron y el albino le recordó a Hasuike una graciosa situación.

-Es cierto- sonrió ampliamente, riendo a la vez que achinaba sus ojos - Mido lloraba como una nena, Nagumo con esas tijeras era un peligro con patas- Recordaba aquella instancia.

Mientras, notó que el chico estaba sumido en sus pensamientos, y Rean quería agradecerle por lo que había hecho por ella. Aprovechó para molestarlo y darle las gracias a la vez, asi que, se tiró a sus brazos, al mismo tiempo que se reía y lo abrazó apretándolo un poco, solo unos segundos y luego se separo de él. -Gracias, Gazelle -cambiando un poco el tono de voz, a uno mas serio, indicando que lo estaba diciendo de verdad. -Entonces, -volvió a hablarle de forma habitual y contenta- vamos a por algo de comer? -le sonrió ansiosa por su respuesta.

por **Gazelle || Suzuno Fuusuke** Sáb Oct 31, 2015 1:29 am

-Deberíamos ir a comer algo, ya se está haciendo tarde y, aunque es tu clima perfecto el frío, no vine muy preparada-

A decir verdad, una vez que el sol ya no alumbraba el cielo, el calor dejó de estar presente y su ausencia comenzaba a hacerse notar mucho. Volvió la mirada a las rodillas de Rean y terminó de limpiarlas para luego guardar las toallitas húmedas en su bolso –Listo – dijo mientras se disponía a ponerse de pie una vez terminada su tarea. No sabía si sería necesario, ya que pensaba que tal vez la peli-naranja lo tomaría como si le dijese ‘débil’ pero lo hizo de todos modos. Extendió su mano a la chica una vez erguido frente a ella. Claramente, una acción nada común en el albino pero no quería ser mal educado y dejarla allí, siendo que hace poco se había lastimado ambas rodillas y quizá a la chica se le haría un poco difícil ponerse de pie.
Asintió al oír que la peli-naranja aceptaba la idea de ir a comer algo; era muy seguro que pese al frío, Fuusuke elegiría un helado o dos… Tal vez serían varios. –De seguro escogerás algo caliente para comer ¿No? – dijo mientras tomaba su bolso y acomodaba la correa sobre su hombro derecho.

-A parte de interrumpirte, míster cubito de hielo, estoy bien, intentando, en ocasiones escapar de clases. Pero sin causar líos, por lo que termino un poco más rápido mis deberes, aunque hay veces en las que me las salto -

Ya no era nada raro que gran parte de Sun Garden le tuviesen apodos como “cubito de hielo”, “princesa Elsa” (por parte de Haruya) o “Iceberg con patas”. De algún modo, comenzaba a acostumbrarse… Pese a todo el tiempo que lleva escuchando aquellos apodos referentes a su aura fría.
-Me aburren las clases, y mis compañeros, sin mencionar a los profesores y las autoridades. A veces se pasan de estrictos.-
Escuchaba atentamente a la peli-naranjo y de algún modo le causaba gracia lo que le decía. Gran parte de los estudiantes se aburrían en las clases, se las saltaban o tenían problemas con las autoridades. Pese a todo, Rean nunca fue una mala alumna, todo lo contrario –Por suerte eres buena alumna y no importa mucho si te saltas una que otra clase – Realmente no había mucho de qué preocuparse respecto a la chica, de uno u otro modo ella siempre se las arreglaba para salir adelante por más difícil que fuese el momento. Al tiempo en que Haisuke comentaba sobre el recuerdo de Nagumo corriendo con unas tijeras en mano mientras perseguía al pobre de Midorikawa, Suzuno iba recordando que, ese mismo día, Hitomiko había optado por aislar todo objeto que pudiese ser usado como arma blanca de las manos de Haruya. Una leve sonrisa se dibujó en sus labios pero esta se esfumó rápido al sentir el abrazo de la contraria –¡¿Qu-Qué..!? – no acostumbraba a recibir abrazos de nadie y cuando alguien le abrazaba, tendía a alejarlos bruscamente. Ya había comenzado a hacer una “excepción” con Rean y no ser tan frío, socializar más, como decía los demás que debía hacer.

Su rostro se transformó en un gesto de disgusto mezclado con un puchero, acto seguido, mientras Haisuke aun se mantenía abrazada a él, éste por acto-reflejo posó su brazo izquierdo en la espalda de la contraria y dio palmadas suaves en señal de aceptación, o al menos el intento. Se alejó unos centímetros de la chica y comenzar a caminar en dirección al centro de la ciudad –Vamos. Tengo ganas de comer unos cuantos helados. – Su voz se tornó un poco suave y baja, no había notado que el frío había helado más sus manos y estas habían cambiado de color; a uno morado oscuro. Guardó sus manos en los bolsillos de su sudadera y siguió su camino –Vamos. No te quedes atrás.—

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