Tarde de Natación [Privi Americanos]

Me encontraba en mi cuarto acabando los ejercicios mandados por los profesores ese día a muy regañadientes mía ya que tenia ganas de salir y moverme, para nada quedarme sentado en mi mesa de escritorio contestando preguntas que me quitaban tiempo para divertirme.-I hate homework- Comente en voz alta mientras acababa el ultimo párrafo de los ejercicios. Me estire ya que mi cuerpo estaba entumecido de estar tanto tiempo en la misma postura solo moviendo las manos para escribir.

Me levante de la silla mirando a mi alrededor mientras pensaba en que podía ocupar el tiempo que por fin tenia para mi mismo, cuando a mi cabeza vinieron unas palabras de Ichi que decían que en Raimon había una piscina climatizada.-Pool is true , the coach said it was good to stay in shape ...-Me rasque el mentón mientras hablaba en voz alta para después correr mientras me desnudaba hacía mi armario para sacar un bañador blancos y azules.Me los coloque cogí una toalla de baño, para por ultimo ponerme las chanclas y correr hacia la zona de la piscina.

Tarde unos minutos en llegar a aquellas instalaciones para abrir la puerta doble a lo Aragon en el señor de los anillos cuando vuelve a Rohan. Levante la cabeza viendo una inmensa piscina y para ponerlo aun mejor vacía de gente.-wooooaaaaahhhhh !!! Is empty , no people or teachers-

Me fui a una de las tumbonas que se encontraban a los costados de la piscina, para después colocar mi toalla extendida sobre una.Camine a la ducha para dejarme bien chorreando y dejar las chanclas en el borde de la piscina mientras subía al trampolín y saltaba de cabeza hacia el agua empezando a hacer largos.

Se sentía ahogado, sus pies se balanceaban hacía delante y atrás en una clara señal de aburrimiento; miraba totalmente perdido por la ventana del salón, de clases sin poner ni el más mínimo de atención en clases. Tal vez ni siquiera supiese en que clase estaba. Su mentón estaba apoyado sobre la palma de su mano izquierda y esta le cubría la boca y un poco de su mejilla izquierda. Por la ventana, se podía ver que hacia un buen día para salir a jugar soccer, pero para su mala suerte los balones estaban siendo ocupados y el de él, hacía poco había sido pinchado al caer a una cama de espinas –No es mi día ¡Necesito salir a jugar! – se reclamaba el peli-castaño con un gesto de frustración en su rostro. En tanto, su mano derecha jugaba con su bolígrafo y realizaba garabatos sobre su cuaderno en blanco; pese a que ya se llevaba la mitad de la clase, él oji-café no había anotado un solo apunte en su cuaderno.

Como si fuese por magia, la clase terminó. El maestro se despidió de la clase y Kazuya guardo rápidamente sus cosas en el bolso para luego correr fuera del aula. En su rostro se veía una sonrisa  de alivio, necesitaba salir pronto de aquel lugar pero ¿Dónde iría ahora? No tiene un balón para poder ir a la cancha y jugar un rato. Tampoco iría y hablaría con los mayores, tienden a ser muy agresivos y altaneros cuando se les pregunta si alguien se puede unir al juego. Oh, bien, tal vez ir por un momento a la piscina del Instituto no estaría mal, por suerte había dejado su traje de baño en su casillero luego de que en su clase pasada en natación, no lo ocupara por estar enfermo.
Sin más demora, se dirigió a paso raudo hasta llegar a su casillero; sacó lo necesario y se dirigió hasta la piscina. Una vez allí guardó sus cosas en los casilleros de los vestidores y se dispuso a quitar su ropa y ponerse los shorts, los cuales eran de color verde oliva combinando muy bien con su tez ligeramente bronceada. –¡Bien, estoy listo! – Dejó bien guardadas sus cosas y se dirigió hasta la regadera y así mojarse un poco antes de entrar a la piscina; en el momento en que se disponía a saltar dentro del agua, notó que había un chico que él bien conocía. El rubio estaba nadando des-preocupadamente lo que generó una idea en su cabeza.
En silencio, se zambulló y nadó con precaución, cosa que Mark no lo viese llegar a él, una vez junto al chico lo tomó por su pierna derecha y comenzó a jalar y así causarle un susto. O eso esperaba el castaño.
Hace mucho no lo veía y Kazuya estaba feliz de volverle a ver y ver que comenzaba a disfrutar de las instalaciones del instituto.