Mal hábito [Libre]

por **Burn || Nagumo Haruya** Vie Oct 16, 2015 11:39 am

16 de Octubre.

No era una fecha muy especial para muchos, de hecho ni para él mismo era especial, solo era especial para los que lo querían. –"Mi cumpleaños..."– Le dio una larga calda al cigarro que tenía en mano y volvió a poner su mano en la baranda, apoyando también ahí su antebrazo; Haruya no era los que solían fumar porque se creían cool y esas cosas, el cigarro simplemente lo relajaba y lo hacía una vez a las mil quinientas. Sus pulmones no dieron más y soltó despacio el humo que podría hacerle algún mal cuando fuese más grande, no tenía ganas de estar en Sun Garden, tampoco podría fumar ahí a pesar de que a esta hora todos estarían durmiendo; metió su mano libre al bolsillo de su pantalón y sacó su móvil, con un solo botón éste le daba la hora y justo ahora marcaban las 6:00 A.M. –"Son las 6 de la madrugada, Feliz Cumpleaños para mi."– Porque a esa hora exacta había nacido, o al menos eso decía su registro.

Las pocas luces que se veían abajo de la torre comenzaban a apagarse, el cielo comenzaba poco a poco a aclararse hasta llegar a un punto donde confundes el atardecer con el amanecer, donde no sabes si vendrá la noche de insomnio o el gran día lleno de energía. Llevó nuevamente el cigarro a su boca y le dio otra calada, sabía de sobra que era un mal hábito que había conseguido fuera de Sun Garden y Raimon Gakuen, cuando se escapaba y le convidaban chicos mayores. –Se supone...– Soltó el humo del cigarro, dejando que éste llegase a su nariz y lo rodeara por leves segundos antes de desaparecer con el viento. –Que ahora yo soy el mayor...– Había crecido, sí, ahora contaba con 18 años de edad y no 14, usaba ropa similar a la que usaba a esa edad, tenía la misma actitud y los mismos problemas... ¿Cuál era el problema ahí? Algo no encajaba, siempre sentía eso cuando cumplía años, algo seguía sin encajar y ni siquiera sabía de qué trataba.

La Torre de metal no era su lugar favorito del mundo, pero era un buen lugar para ver amaneceres y atardeceres, donde el calor pasa a ser frío y el frío pasa a ser calor -dependiendo de la estación del año, claro.- Suspiró y guardó su celular nuevamente en el bolsillo del pantalón, tuvo que acurrucarse en su propia sudadera, tirando un poco más de la manga izquierda para tapar su mano mientras que la otra debía quedarse así hasta que terminase de fumar; recordando que aun tenía el cigarro en su mano derecha, lo llevó por tercera vez a su boca para darle una larga calada, el cigarro no duraría más de dos caladas más y por suerte no era el último que le quedaba. Fumar solo le mareaba, en cierta manera, quizá porque se sentía extraño estando sin la compañía de Suzuno, Hiroto, Midorikawa o, incluso, Osamu. –"¿Me habré vuelto dependiente?"– Rió un poco, soltando sin querer un poco de humo, eran tonterías las que pensaba a esa hora por la falta de sueño. No es que fuera realmente dependiente de ellos, es solo que ellos eran su familia, todo lo que quiso tener lo tuvo con ellos y Hitomiko. Instintivamente llevó su mano izquierda hasta su boca y soltó el resto de humo que quedaba en sus pulmones, ésta se calentó por leves segundos y luego volvió a sentir frío; solo le quedaba esperar a que fuesen las 9 de la mañana para regresar a Sun Garden, y si alguien le preguntaba, ya sabría decir alguna mentirilla piadosa... Pero nunca les rebelaría que desde hace 3 años había tomado el mal hábito de venir cada 16 de Octubre a ver el amanecer, ah, y que también fumaba desde la misma edad.

por **Gazelle || Suzuno Fuusuke** Dom Oct 18, 2015 6:04 am

Estaba nervioso, Hace días estaba muy nervioso. El albino no es de comer demasiado pero los días anteriores no dejaba de sentir “hambre” a cada momento. Sus pulsaciones se aceleraban, no lograba centrarse en sus estudios; en su mente rondaba una idea que siquiera le permitía conciliar el sueño. A la vez, tenía miedo y que todo se fuese a la mierda. El hecho de sentir miedo, más lo provocaba para demostrarse así mismo que no había nada que perder, aunque fuese rechazado él no podría aceptar no hacer algo por miedo. Salir y despejarse sería lo ideal. Una briza matutina, helada como le gustan a él, ayudaría para que su mente se enfríe al igual que su rostro.

Se preparó para salir, dejando todo muy bien ordenado y podía estás tranquilo en que nadie iría a molestarlo. Bien saben que no es necesario o más bien, recomendable. Con tal sigilo, salió de su cuarto y a paso firme pero ligero y silencioso, se encaminó hasta la salida de Sun Garden. Aún era de noche, faltaban unas cuantas horas para que amaneciera; Hitomiko y los demás dormían pero algo le decía que preferiblemente se asegurara de que no hubiese nadie que lo descubriese saliendo a tales horas.
De pronto, recordó a Nagumo y lo que le había enseñado días atrás cuando éste lo arrastró hasta el salón abandonado de Raimon; primero el talón para luego continuar con la punta de éste. Muchas veces Hitomiko se despertaba con el más mínimo ruido y debía evitar que ella lo sintiese escabullirse.
El peli-blanco había comprobado que su amigo no era tan tonto como había imaginado, caminar de esa forma realmente funcionaba y es que pese a que ya lo había hecho, no tomó gran atención debido a los nervios del momento.

Una vez afuera de Sun Garden, se sintió más libre. El aire estaba frío y eso le gustaba. Comenzó a caminar sin tener un lugar fijo al cual ir, dando vueltas por las calles vacías y oscuras de la ciudad. De vez en cuando, alzaba la vista y lograba divisar algunas estrella que se veían con muy poca luz *La única estrella que emite luz es el sol, Fuusuke* reprendiéndose ante un pensamiento tan equivocado. Sus mejillas ya empezaban a enfriarse pero de igual modo las sentía rojas, probablemente por el frío al igual que sus manos. Tenerlas frías le gustaba y más cuando se enfriaban con la briza.

Sin darse cuenta, llegó a la torre de metal, no sabía cuánto habría caminado para llegar a tal lugar pero supuso que allí arriba el viento sería aún más frío y también vería una bella vista desde aquel lugar alto. Sin gran prisa comenzó a subir hasta llegar al lugar más alto. Y sí, había supuesto bien. Una vez arriba el viento comenzó calándose por entre sus ropas y su cabello se mecía a gusto del viento helado. Desde allí arriba se podía ver gran parte de la ciudad y más adelante estaba próxima la salida del sol. Una pequeña franja rojiza podía ver cerca de los cerros, también, había un punto aún más rojo que el que tenía mucho más adelante. Le sorprendió ver a Haruya allí, estaba seguro de que estaría en su cuarto, dormido como sólo él duerme (prácticamente todos los días debe re-hacer su cama ya que es muy inquieto). Se acercó lentamente hasta el pelirrojo y notó que desde su boca salía humo, luego, entendió que estaba fumando *¿Haruya fuma?* se preguntó aún más sorprendido pues nunca lo había visto fumar, sin embargo, no diría nada a nadie y menos le iría a sermonear, ya era bastante grande para saber lo que hace –Veo que te has escapado también, Haruya –sin dirigirle la mirada, se apoyó en la baranda y miró hacía el amanecer.

por **Burn || Nagumo Haruya** Dom Oct 18, 2015 10:33 pm

Los minutos pasaban y el alba se hacía cada vez más presente sobre él mismo haciendo que también hiciese cada vez más frío; las personas comenzaban a salir con pereza para dirigirse a sus trabajos, los autos prendían sus luces innecesariamente y comenzaban a llenar de apoco las calles de Inazuma Town, destruyendo el silencio como él destruía sus pulmones con el humo del cigarro que había terminado de consumir.

Aventó el papelillo amarillento que envolvía la celulosa, estaba claro que esa parte del cigarrillo no se la iba a fumar -No era tan estúpido.- y lo pisó para extinguir las pocas cenizas que aun estaban encendidas. –Desearía...– Dejó la oración inconclusa por unos segundos, había llevado su mano derecha hasta su bolsillo delantero para sacar la cajetilla de Lucky Strikes junto con un pequeño encendedor que tenía la imagen de un balón rojo con negro, éste se lo habían regalado hace unos días atrás "Para el vicio" Como había dicho Yoichi, uno de los chicos mayores con los que se juntaba. Los cigarrillos Lucky Strikes le gustaban más que cualquiera y pensaba tontamente que quizá estos no redujeran tanto su vida como otros cigarrillos. –Desearía tener a alguien conmigo en estos momentos.– Recitó como un deseo que se pide a una estrella fugaz, incluso como si estuviese frente un pastel con muchísimas velas y le dijeran "¡Pide un deseo!" Que jamás se cumpliría; suspiró ante la estupidez que había dicho en voz alta, detestaba sentirse así de solo.

Por eso fumaba -O al menos eso pensaba- Relajarse y pensar cosas sin sentido le hacía olvidar que estaba solo, y recordando eso sacó un cigarillo; la cajetilla era de 20 cigarros, pero a él solo le quedaban 15 contando el que acababa de sacar. –"El último por hoy."– Se dijo en su mente, pero estaba claro que no obedecería a su propio mandato; puso el bastoncillo de cáncer entre sus labios y con un rápido movimiento lo prendió como si fuese un experto en eso, aspirando un poco para ayudar a que no se apagara. Así como fue de rápida su acción el olor a tabaco quemado llegó hasta su nariz y no le molestó tanto como antes, estaba tan acostumbrado que apenas notó un pequeño picor en los ojos cuando el humo llegó a ellos; tuvo que guardar la cajetilla en el bolsillo de su sudadera, al rato sacaría otro y era una verdadera molestia tener que sacarlo de su pantalón, más sin embargo dejó el encendedor en su mano, el balón que traía al medio se parecía mucho al que usaba en Prominece y el que tenía en su habitación, y junto con eso... Se acordó de Suzuno, ese idiota que lo traía hecho un lío desde hace semanas. –Imbécil...– Soltó al aire, y con eso el humo del cigarro que apenas había calado.

–Veo que te has escapado también, Haruya.–

Y como si fuese producto de su deseo Suzuno se materializó a su lado, ¿Cuándo había subido? No había escuchado ni siquiera los pasos cercanos del albino; sus piernas temblaron por leves segundos al igual que el cigarrillo que tenía en mano; incluso pudo escuchar su corazón latir con fuerza y eso le asustó, pero olvidando el nerviosismo y el susto que el de ojos azul cielo le había dado... –"Mierda, el cigarrillo."– Suzuno bien podía sermonearle o quedarse callado, rezaba para que no dijese nada ya que, hasta el momento, era el único de Sun Garden que sabía de esto. –Buen día para ti también, Blanca Nieves, ¿Qué haces aquí, los ronquidos de tus 7 enanos no te dejaban dormir?– Se dio el gusto de sonreír con aires de suficiencia y llevarse el cigarrillo a la boca para darle una corta calada, por alguna razón ya no quería fumar... Pero tampoco iba a dejar que se desperdiciara un cigarro; tuvo que darle un pequeño golpe al filtro del cigarrillo ya que la ceniza comenzaba a acumularse mientras pensaba. –Es raro que estés acá Suzuno, en serio, ¿Qué haces aquí?– La presencia del otro no le molestaba, por el contrario, la apreciaba por muchas razones:

1.- Suzuno era al primero que había visto en su cumpleaños, eso de alguna forma le alegraba.

2.- La compañía del otro siempre sería bien recibida con bromas por parte de él.

3.- Lo amaba.

Le había costado horrores asumirlo, por lo general era tan receloso en cuando a sus pensamientos que prefería simplemente no pensarlos, no acordarse de ellos y dejarlos en un baúl encerrados como sus recuerdos en la Academia Alius. –"Si tan solo no fuese Suzuno..."– Todo sería fácil para él, ¿No había caído en el típico cliché donde los mejores amigos se enamoran? Bueno, él estaba enamorado, sí, ¿Pero Suzuno? Claro que no, ese hielo con patas de seguro solo apreciaba su compañía como había dicho ese día en el parque, solo eso y ya. Botó con fuerza el humo del cigarrillo, pero ésta vez por la nariz como si de un toro se tratase, tendría que concentrarse en cualquier cosa menos en todo lo que se tratase de Suzuno. Tendría que evitar a toda cosa verle los ojos azul cielo que tanto le gustaban, tendría que evitar querer tomarle de la nuca y acercarlo, tendría que aguantar todas las ganas de besarlo que había tenido desde hace semanas. –"¿Por qué todos estos días tienen que ser largos? Cómo detesto estar de cumpleaños."– El cigarrillo en su mano esperaba que le diera otra calada y él no tardó en dársela, no debían ser más de las 6:45 de la mañana y no podrían llegar a Sun Garden hasta las 9. Mierda.

por **Gazelle || Suzuno Fuusuke** Lun Oct 19, 2015 6:36 pm

Se tomó de las manos y empezó a frotarlas, el viento estaba helado y pese a que había estado un buen rato caminando no fue lo suficientemente rápido para hacer entrar el calor. No era que el frío, tener las manos heladas (moradas) le molestase, no. Sólo como reflejo de nerviosismo que comenzaba a sentir al estar tan cerca del oji-ámbar. Mientras Haruya fumaba, el albino lo miraba de reojo atento a cada movimiento que éste hacía con el cigarrillo *Lleva tiempo fumando… Y es primera vez que lo veo* Concluyó al darse cuenta de que se manejaba bien con aquel arma blanca. Dejó salir un leve suspiro, de seguro él esperaba a que le dijera a Hitomiko, Osamu o hasta a padre de que estaba fumando. Realmente era innecesario, Ya tenía 18 años, no podían decirle que no lo hiciera, ya no era un niño

–Resulta que simplemente sentí la necesidad de salir a escondidas. Caminé un buen rato sin rumbo alguno por la ciudad y, sin darme cuenta llegué hasta aquí – miró al pelirrojo sin demostrar sentimiento o emoción en su rostro, un rostro liso de expresión alguna, no había nada en él –No esperaba verte a ti aquí y mucho menos saber que fumas, Nagumo. – Era realmente extraño, era como si el sólo hecho de ver esta faceta de Burn le hiciese pensar que no lo conocía tanto como pensaba *Siempre ha sido reservado con sus cosas. No es extraño que no supiese* Era lo más lógico a todo esto.
¿Qué se suponía que hiciera ahora? ¿Cantarle feliz cumpleaños y sonreírle como una madre cuando ve a su niño cumplir años? Bah, eso no era algo que haría Fuusuke. Volvió a mirar hacía la ciudad y veía como paulatinamente comenzaba a verse gente en las calles y callejones de la ciudad; parecían hormigas y podía imaginar como un pie gigante destruía todo. Como cuando eran pequeños y Mirorikawa había encontrado un hormiguero en el parque de Inazuma Town y el adorable de Nagumo no halló nada más que destruirlo al aplastarlo con su pie.

Por unos segundos se sintió como si fuese mejor alejarse un tiempo de Nagumo, Pasaban demasiado tiempo juntos. Incluso, Clara le decía que podría pasar más tiempo con su ex equipo pero Gazelle siempre se excusaba que tenía mucho que estudiar y no tenía tiempo pero luego se le veía caminando junto a Nagumo. Era como si sólo tuviese tiempo para él y sólo para él –Si quieres puedo irme a otra zona de la ciudad y así no molestarte, Nagumo – A veces pensaba que molestaba al pelirrojo. Irónico, siempre era Burn quien estaba siguiendo a Gazelle ya fuese para pedirle algo o simplemente por mero deseo de fastidiarlo y así poder matar el tiempo. Por suerte para el albino, el humo del cigarrillo se iba a otra dirección y no le cubría la nariz con ese olor que tanto detestaba. Tal vez si el humo le llegara a la cara, se habría alejado de hace un buen rato su amigo –Ah, por cierto – guardando sus manos en los bolsillos del abrigo que llevaba puesto –No diré a nadie que te vi fumando. Después de todo sería un reto en vano. Ya tienes 18 años. – No le dirigió ninguna mirada, simplemente prefirió no mirarlo a los ojos y distraerse en ellos. Era mejor mantenerse con distancia; desde que ya había solucionado su dilema respecto a lo que siente por su mejor amigo, a Suzuno le era mucho más tedioso controlarse. Antes de todo esto, pasaba por alto todo lo que sentía por Burn, simplemente los asociaba a sus ganas de molerlo a golpes o el simple hecho de que era producto de la costumbre de pasar tanto tiempo junto a él. Pero, por más que lo intentase, siempre volvía a él.

por **Burn || Nagumo Haruya** Mar Oct 27, 2015 8:03 am

La inesperada acción de frotarse las manos del contrario le llamó la atención, había olvidado por completo que Suzuno tenía la temperatura corporal mucho más baja que la de él... Y que la del resto de las personas en general, si seguía así quizá el chico se convertiría en un real hielo; dejó el encendedor que traía en su mano en su bolsillo y por decisión propia (Claro que dudando mucho al principio) llevó la misma mano hasta las del albino. Era cierto que él también tenía mucho frío, pero como su temperatura corporal era más alta estaba seguro de que sus manos se encontraban tibias, quizá un poco más heladas, pero al menos servirían como consuelo para las del otro que realmente llegaba a impresionar lo frías que estaban. A pesar de que su acción fuese totalmente inesperada y que se mantuviese con una expresión tranquila, aun sentía miedo por lo de Hitomiko y Osamu, ellos eran sus ''Hermanos mayores'', su familia... Obviamente aunque no debieran, lo sermonearían igual a pesar de tener ya 18 años, además estaba el "¿Qué dirán?" De ellos.

–Resulta que simplemente sentí la necesidad de salir a escondidas. Caminé un buen rato sin rumbo alguno por la ciudad y, sin darme cuenta llegué hasta aquí... No esperaba verte a ti aquì y mucho menos saber que fumas, Nagumo. –

La voz del chico hizo que despertara de los pensamientos feos y comenzase a pensar en algo nuevo, le parecía extraño que Suzuno tuviese ganas de hacer algo "Malo" pero a esta hora y a esta altura de su año, ya no le impresionaba nada, realmente. –Entiendo...– El cigarrillo que yacía en su mano se había consumido sin que él le diese más caladas, estaba ya en las últimas; volvió a llevarse el cigarro a la boca para darle una larga calada y luego tirarlo al piso para extinguir todo indicio de que hubiese estado prendido, en serio ese sí que sería el último que se fumaría... Por ahora, el cigarro si en un principio le asqueaba por la nicotina intacta, ahora el sabor era insoportable y la mirada de Suzuno le incomodaba tanto como para guardar sigilosamente esos bastones de cáncer. –Eres... El primero que me importa que sabe que fumo, Suzuno.– Ni siquiera había disfrutado del efecto tranquilizador que causaba el humo en sus pulmones, de hecho ni siquiera había pensado con detenimiento lo que había dicho, pero no había vuelta atrás y él no era de los que se arrepentían de lo que decía. Carraspeó un poco, sentía la garganta seca y rasposa, incluso llegaba al punto de que le cambiaba la voz, eso no le gustaba; tampoco tenía más tema de conversación, siempre hablaban por lo que no era necesario ponerse al día, aunque... Miró a su acompañante y éste no le miraba, si no que miraba hacia la ciudad donde habían crecido que comenzaba a despertar de a poco, quizá recordando algo ya que si bien Suzuno no era de expresar mucho, era cosa de ver sus ojos para saber que pensaba... O al menos así lo creía.

Tal vez estaba pasando mucho tiempo con el albino, lo conocía de pies a cabeza e incluso, sus ex compañeros de equipo decían que parecía su novio ya que siempre le iba a molestar o a hablar. –"Ni yo me había dado cuenta de que le siguiendo para todas partes."– Y por leves segundos se encontró molesto, pero el de ojos azul cielo tampoco hacía mayor esfuerzo por alejarlo así que... ¿Estaba haciendo algo bien? Ni siquiera sabía si comenzar a cortejarlo o regalarle cosas... No se le daba regalar cosas, claro que no y el ser coqueto no funcionaría con su mejor amigo, no sin que éste se lo tomara a broma y lo mandara al carajo. Pero algo sí sabía que estaba haciendo, estaba consciente desde hace años, Nagumo daba todo su tiempo a Suzuno y éste lo recibía siempre, así sería hasta que la amistad acabase.

–Si quieres puedo irme a otra zona de la ciudad y así no molestarte, Nagumo – Torció la boca en señal de disgusto, había apagado mal la colilla del cigarrillo y una fina capa de humo comenzaba a rodearlos, no era algo desagradable para su persona, pero aun así lo aplastó para que no le llegara más a Suzuno, aun no entendía como era que no reclamaba por el mal olor del cigarrillo. –Ah, por cierto, no diré a nadie que te vi fumando. Después de todo sería un reto en vano. Ya tienes 18 años. – Había dejado de sentir las manos del otro, su amigo ni siquiera lo miraba para hablar, eso le cabreaba un poco pero ¿Quién era para reclamarle? Nadie, absolutamente nadie y menos que nadie ahora que le había dicho que no diría a Hitomiko y a Osamu sobre su secretillo.

Suzuno no era amable, era muy frío, era incluso irritable pero...

–Mira Suzuno Fuusuke, me importa una mierda si le dices a alguien o no. Eres una de las personas más importantes de mi jodida vida y estoy...– Trató de buscarlo con la mirada y una sonrisa ladeada, si le iba a decir este tipo de cursilerías al más estilo película, lo haría bien. –En serio estoy realmente feliz de que seas la primera persona que veo en mi cumpleaños y de que estés aquí...– Fue bajando el tono de voz ya que ésta comenzaba a ponerse temblorosa a causa de los nervios, nunca supo disimularlos bien sin algún tipo de broma pesada, pero claramente éste no era un buen momento para hacer una broma pesada.

Como si fuera arte de magia, había recordado que había traído consigo una mochila con una manta, a cierta hora de la madrugada (Específicamente a las 7:00 AM) comenzaba a hacer aun más frío de lo normal y por ende tenía que buscar calor en algo que no solo fuese su ropa. –"Bendita manta."– Pensó y dejo de mirar a su amigo un segundo para buscar la mochila, no estaba tan lejos como pensaba (Ya que recordaba haberla tirado apenas llegó a la torre) y como solo traía la manta dentro de ella, la mochila quedó inútil y vacía en el suelo cuando sacó lo que necesitaba; la manta era de un color rojo rosáceo, no como el cabello de Hiroto por suerte, era más del estilo de Nagumo y era exactamente la que le habían regalado hace un año atrás. Estiró la manta hasta llegar a su tamaño normal y cubrió con un lado a su amigo para que no pasara más frío de lo normal, él obviamente se cubrió con el otro extremo de la manta y si querían más calor... Pues tendrían que improvisar. Vaya escena cliché que se había ganado para su cumpleaños.

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